Es "todo" un término que uso "todo" el tiempo, tanto más que "cosa", otra palabra que lo abarca "todo".
Decir que las "cosas" van de mal en peor es más o menos lo mismo que decir que "todo" va mal. Así, vagamente, implicando al universo.
Es la misma "cosa" decir "todo" que decir "cosa", aunque una sea parte del otro.
La contrapartida a esto es usar la palabra "nada".
Cuando se dice que "nada" va bien se quiere significar que las "cosas" no van bien y "todo" se "va a las pailas", como dicen por ahí, por no decir otra "cosa".
Ampliamente insignificantes en el lenguaje común, estas palabras--"cosa", "todo" y "nada" son--por razones creo que obvias--prácticos comodines de uso constante en el equívico juego de barajas del, por lo general, insípido lenguaje cotidiano.
Es "todo" un término que uso "todo" el tiempo, tanto más que "cosa", otra palabra que lo abarca "todo".
Decir que las "cosas" van de mal en peor es más o menos lo mismo que decir que "todo" va mal. Así, vagamente, implicando al universo.
Es la misma "cosa" decir "todo" que decir "cosa", aunque una sea parte del otro.
La contrapartida a esto es usar la palabra "nada".
Cuando se dice que "nada" va bien se quiere significar que las "cosas" no van bien y "todo" se "va a las pailas", como dicen por ahí, por no decir otra "cosa".
Ampliamente insignificantes en el lenguaje común, estas palabras--"cosa", "todo" y "nada" son--por razones creo que obvias--prácticos comodines de uso constante en el equívico juego de barajas del, por lo general, insípido lenguaje cotidiano.
Hay palabras que son "evitables": todo, nada, siempre, nunca. Podríamos hacer una lista de ellas y armar una cofradía del silencio de lo impronunciable.
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