13 de mayo de 2021

Notas para un tratado sobre los feos


Supongo, a lo mejor equivocadamente, que a nadie le gusta, siendo feo, que le hagan saber de su fealdad. Menos aún que le hagan burla por serlo.

Las miradas impertinentes de los desagradados tal vez sean como dardos ponzoñosos para el que las siente lanzadas contra su defecto. Porque ¿no es un defecto, acaso, el ser feo?

Probablemente tendrá el feo bien asumido su defecto desde la infancia o, por lo menos, desde sus primeros años de escuela, taller de la burla.

La belleza es un raro don. Un raro tormento la fealdad porque, si la belleza se reconoce a sí misma como tal y de sí misma se vanagloria, también la fealdad sabe que existe y no puede sino admitirlo y aceptarlo, con todas sus consecuencias. 

En el fantasioso mundo del cine y el espectáculo tiene la belleza presencia principal, dominadora.  También le corresponde un papel en las artes--por contraste--a la fealdad. 

Cabe preguntarse qué sienten, cómo reaccionan esos actores y actrices cuya participación en un film u otros espectáculos se debe a su fealdad, a su poder representar, sin transformaciones de maquillaje, a personajes feos y grotescos en los que no pueden sino verse a sí mismos como motivo de risas disimuladas o bromas directas y crueles.

Se dice que fue el ángel más bello el que, castigado por la divinidad indignada, acabó siendo el más horrible de los demonios. 

Castigo terrible del rechazo el de la fealdad.

   

1 comentario:

  1. Lo feo propiamente tal no existe, tal como lo bello. Buscamos la armonía y esta viene con las primeras imágenes que captamos cuando niños.Lo que se sale de lo que consideramos armónico o coherente con nuestras primeras imágenes puede ser desordenado, desacorde, desorganizado, algo al revés de lo que debería ser, pero lo propiamente feo no existe, y si existiera, sería una película ínfima que cubre los cuerpos y los objetos. Bajo la piel todos somos casi idénticos; hay que haber estado en un quirófano. Lo que modera la disarmonía es el amor, la tolertancia, la justicia. Cuando uno logra traspasar la barrera de la apariencia, encuentra la armonía de la humanidad y todo nos parece bello, vemos el propósito y recuperamos la esperanza.

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