Vilanos al viento las palabras. Como los suspiros del poeta “son aire y van al aire” y en él se esparcen y difuminan. Se esfuman en la armonía--¿cacofonía acaso?—de las esferas. La iridiscente infloración desprende al más leve toque de la brisa sus semillas. Volanderas, brillan encendidas--diminutas chispas de luz--en los cielos de la primavera.
Así las voces de este blog Labrapalabra echan a volar y se propagan—impulsos electromagnéticos--por la red invisible, de pantalla en pantalla, disponibles a todos los que quieran empuñarlas, a todos los que por interés o casualidad—esa magia de las bibliotecas y la red: lo inesperado—den con ellas, motas de luz al viento del cielo intemporal: el del momento irrepetible.
Se escribe como al primer susurro del viento de primavera se esparce madura la flor emplumada del cardo y el diente de león. Se escribe para el vuelo.
Sopla y soplará siempre el viento. Brisas, vendavales, torbellinos que transportan lo que el aire lleva en todas direcciones. Poco le importa a la flor a dónde van a dar sus semillas o en qué panal henchido cunde la miel de su polen.
Vilanos al viento las palabras, abejas de luz en vuelo.
Martes 31 de marzo, 2015
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