Postilla
I
En los mercados de las carnes
Nosotros con ellos.
Nada escapa a la voracidad
de los matarifesde cuchillos largos.
Todo se hace masticable,
y dinero.
Una puntilla
enterrada
Agujeros sucesivos.
Cabezas sucesivas.
Yo que huyo
de los perros
por miedo
a sus mordidas,
clavo mis dientes
en el pellejo
de mis vecinos.
Asusto
a la jauría.
a la jauría.
Caen
los borrachos
del paseo
de setenta.
Se vacían
los bancos.Los sobrevivientes
beben
el alcohol
de los caídos.
Festejan.
Son
menos bocaspara la botella.
Los mudos
cruzan
a las tres
de la mañana,
cuando
nadie los ve.
Sus lanzas
quiebranpelos
y señales.
Torcer lenguas
es su refugio.
No entienden
otro idioma.Unas gotas
en el tragante.
Un rastro
define este día.
Sangre menstrual
sobre nosotros.Llevo
muestras de orina
una vez
por semana.
Mi mujer
embarazada las proporciona.
Pomos estériles
envueltos en papel periódico
para no asustar.
Martes 3 de noviembre, 2015
Genial. El poema te interpela y te hace viajar a lo màs recòndito y sòrdido de tu historia personal
ResponderBorrar