14 de diciembre de 2016

Poemas de John Dávila

Proema: Episodio # Lo que debía haber sido una elegía

Llena con canto el vacío hasta que el vacío cante
y ya lo tienes, el motivo (crees)
el objetivo de cualquiera noche menos ésta

te das cuenta que es una necesaria ausencia:
¿meditación sobre la nada? ¿sobre la muerte? ¿sobre noches sin estrella?
Qué premisa más fea que empezar en el lado silencioso de un anillo

Si empieza. Pero ¿cómo? Con partir a la nada en dos
y sus mitades en cuartos y aquellos cuartos en espacios
habitables en que haces inventario de pájaros extintos,
planetas que aún no existen y pedazos de cáscara de huevo
que se encuentran en las escenas de choques de autos

O empieza con Dios, sí, de quien se dice que empequeñece
con cada año a causa de haber olvidado cómo morir
(verdaderamente como solo lo hacen montañeros y suicidas)
Y que por eso se rebaja a ser nada más que el Dios de ratones y elote

O empieza con escuchar al oscuro medio clic de sílabas
que abren sus campanas como si escucharas al silencio
después de orar—sabiendo bien lo que viene: justificaciones para…
razones para creer que todo está en su debido lugar / ¿espacio? /
¿estación? / ¿mutación? / ¿trasluz? / ¿coda?
Carajo, te extraño!


Proema: Episodio # Diablo del asunto

Nunca me gustó mucho el diablo—¡pero la idea de un diablo!—
antítesis, acción, y mover. Oposición diametral debajo de la superficie—
como—no, nada como—la raíz de la rosa. Secreto que florece bajo la tierra—
flor de tierra—insinuación de—no el contrapunto o el mero diablo. Desparramo
subterráneo, esquelético—alimentado por los contornos de la oscuridad
que lo forma. Si fuese tan fácil de ver una cosa en vez de la otra,
y con los dos ojos, desataríamos todo el oeste de un golpe. Lo perceptible
no es verdad permanente, si fuera [¿cómo empezar? ¿En la orilla de cual
estación, qué órbita, rueda, o cuerpo?] Es el vacío de la sensación, la sombra
de la cosa, la rosa, y lo que sobreviva después, después del ocaso y cíclos [sic] de sol,
para siempre, y a pesar de sí. 


Bosquejo de la noche

Se desnuda la noche
       entre los pinos         
                                     sed de agua
                                     sed de ser un ser distinto

Escucho como si alguien me hablara
el campo está más vivo que yo y lo sabe
                                                             me consta
sólo mira como aguanta el peso de tanta luz

Meditaciones en las altas horas de la alta noche

Estoy tan pequeño ante la noche
que no me toca como toca
a las brillantes torres en que se acuesta

No se fija en mí mientras abre a lo lejos
cajas de moscas que convergen de golpe
sobre trozos del país

Ni siquiera cuando se meta por la ventana vuelta negra
para canibalizar a las sombras
que suelto con cuidado por la casa

Negrura con negrura
                                    vasta y vacía y
que va en aumento
que no llega al grano

que no compare con la presencia del profundo sol
nada como el mapa de sol y sombra verdinegra
al pie del árbol

Esta noche no es más que la forma que toma el silencio
bajo la pálida luz de estrellas calientes que me hacen delirar
Imaginándomelas como astillas de oro que
antes formaron parte de una vuelta divina
y con un propósito que jamás tendré                 Ahora duerme la tierra
aprende como respirar y esperar con ganas
al amanecer

Según los libros
las distancias entre mí y dondequiera
hierven con vida nocturna
Pero menos las moscas de papel y polillas de cartón
que navegan las circunferencias de faroles
con una determinación que jamás tendré
no veo nada
Si se mueve bicho perro pájaro o león
arrastrándose la sombra                                    no lo sé
Leo la mayoría de la noche y me voy pa’l norte
cuando viene el invierno
o quizá pa’l sur y más lejos todavía

Porque aquí soy capaz de perder una pelea de gallos Bantam
entre estas columnas de pino azul
o descubrir que no tengo nido en que sentarme

Leo la mayoría de la noche y me voy pa’ dondequiera
sin detenerme para los vagabundos que ya no me piden

Voy hacia el sur hasta perderme
hasta desconocer las súplicas  del cuerpo
 el otro yo limpio
 loco y lindo y voy

Hasta que aparezco en la mera orilla de la cuidad
como una pequeña bandera saludándole a nadie desde lejos
Más allá de las luces, los suburbios, los descompuestos motores
del idioma que rechinan y van cotorreando como si que te pues
de dar el mosterillo vil que pon de laaa raaganadas

y el sentido avanza a tientas buscando respaldo…donde explotar…
llegando al lugar de la poesía— abierta
lista—
prometiéndonos nada


Requiescat in pace

Casi había paz en la espera
antes de que se nos subió el sol
cuando el mundo era unas onzas más pesado
y las horas menos inclinadas a
prender fuego a estructura sólida

Ahora el viento nos traspasa
va de casa en casa
y yo…pues haciendo
lo único que sé hacer

El planeta se irá así—sabes?
onza por onza
gota por oscura gota
como fruta de alguna ignorada rama negra


Mi país justo antes del amanecer

Mi país justo antes del amanecer
Empequeñece hasta una sola calle llena de perros
Tan letalmente quietos que se ven limpios
Y la calle disminuye hasta un cuarto atendido
Por el mismo silencio que ironiza
A aves muertas y autos chocados

Y el cuarto se hace cuerpo y el cuerpo manos
Trabajando como la única vela que se desenreda
En una noche de viento

De golpe cambia todo
De golpe se desploma la casa de golpe el cuarto
De golpe los perros de golpe las manos

Pero no las ganas de volverlo un poema
No la voz que más pronto me mataría
            Con un puno de margaritas que enseñarme
Paciencia o dejar me ver a donde
Va cuando los astros saltan
            Desde el hacha del horizonte como venado
Y la mañana se viste de papel llegando para volarlo todo
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Miércoles 14 de diciembre, 2016 

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