En mi diccionario personal el "duermevela" tiene una entrada bastante larga y en constante revisión. Se trata, a mi ver, de un término difícil de definir en el sentido que yo quisiera darle a partir de mi experiencia de lo que es ese "sueño ligero en que se halla el que está dormitando" según la primera de las dos acepciones del término en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
De la segunda acepción del diccionario académico--"Sueño fatigoso y frecuentemente interrumpido"--no me ocupo porque nada tiene que ver con cómo se me da ese estado, para nada fatigoso, del dormitar.
Aunque el uso que yo hago de la palabra "duermevela" no corresponde exactamente a las dos acepciones dadas en el Diccionario me siento con la suficiente autoridad de usuario para, basándome en mi experiencia, adaptar el significado de ese "sueño ligero" del que "dormita" para referirlo a un estado mental en que, estando al borde del sueño, entre despierto y dormido, la conciencia se entrelaza con la subconciencia y genera una visión entre realista y onírica, diferente a las distintivamente propias de la vigilia y el sueño.
En este estado intermedio, liminar, del duermevela--perfecto estar del que no está despierto ni duerme--la pluma, apenas sostenida por la mano lánguida de sopor, escribe por sí sola, como al dictado de un susurro.
Disciplina del duermevela es ésta del dejarse estar, atento a las imágenes de lo entrelazado de la ralidad y el sueño, sin darse por completo al abandono.
Así se cumple el acto de escribir: entre despierto y dormido, en duermevela.
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