El arte de la jardínería

No hay sólo flores y matas vistosas en un jardín: están también, para lucirse, además de los pájaros, las mariposas y otros seres más o menos hermosos y pintureros: la oruga de un verde luminoso de primavera y la otra vestida a rayas de tres colores o la que brilla a contraluz como una pelusa platinada; están los escarabajo de eléctrica laca, las libélulas transparentes, los caracoles de sobria concha exacta, las lombrices del color de la gleba que devoran, las arañas, los pulgones y, en más de algún jardín extraordinario, el camaleón, que puede parecerse a todos ellos y a las plantas y a las flores: el fantástico camaleón, que domina el arte fabuloso y multicolor de la jardinería.