19 de febrero de 2015

Poemas de John Dávila









Spectating from the Quiet

En esta hora del día durante la tercera estación
Lo que queda de la tarde se arrastra detrás de la casa
Y se ahorca desde el nogal

El peso no quiebra la rama
Y se asombran vecinos—
Todos saben lo que los niños aprenden
Por tanteo—el rojo y el oro son los colores
Más pesados
                        Y no queda cuerpo
Ni siquiera la dorada soga de la cuál ha de
Haber pendido por unos minutos
Antes de expirar

Solo está el árbol mecido arrítmicamente
En el blanco viento y un poso en el distante
Crepúsculo a donde corrieron los colores
Antes de marchitar

Y salgamos todos a mirar la guirnalda
De fuego disminuir y bajar satisfechos
            Que jamás moriremos












Sin título

La noche es tan oscura que me duelen las encías
Retroceda el espíritu               luz retirándose de media luz
a medias
La oración se desgasta por el uso                    piedra de boca
Redonda          chupada           limpia              lisa

Nada más ya que mantra o trabalengua
Un cordón de sonidos apartados de su sentido

Noches como esta empiezan al mediodía y amenazan
Hasta la arquitectura
De los árboles con dos o tres colores indistinguibles

Amenaza con llevarse todo
menos los espacios que me labran farolas

Entre las palabras hay un golfo
tan abierto
            cual mi mano
vacía
donde van los prende-velas a buscar las limaduras
de esculturas pre-lingüísticas
nuevas             viejas especies ciegas y polvorosas
de quiensabeques
donde la voz astillada despedaza en puntos de hambre
alrededor         de        un        espacio
Dame esto. ¿Qué, esto innombrable? ¿Esto que no puede ser?
¿Que no? ¿Con qué? ¡No puede ser! Esto, ¿dar?
Dar un espacio—un nombre, que, queeee esto
d con unn na ma cushta diggro.

Dame la poesía de aullidos
El sabor de noche tras los dientes
Bastante noche todo que podemos cargar
Para después
Para hacer golfos, idiomas, lugares
(Este lugar)
que no necesita nombre
siendo ya transformado por la poesía
y que pudiera ser gólgota aunque estos pájaros no
eran indígnenas a aquellas muertes—o san antonio

este lugar de un solo árbol provocando un solo sabor
cuando la mente pesa árbol
cuando la boca abarca áaaaarboolll

El aquí—un espejo roto de la realidad—no construye
foto de lugar—teatro para la luz que se junta a un punto
y resbala detrás de un árbol desnudo
volviéndolo negro: coagulación de arroyos
desafiando el peso de la tierra


John Dávila (San Antonio, Texas, 1983), Es estudiante del Doctorado en Inglés por la Universidad de Luisiana en Lafayette, donde está por terminar su tesis doctoral sobre la traducción de la imagen poética.


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