En esta hora
del día durante la tercera estación
Lo que queda de
la tarde se arrastra detrás de la casa
Y se ahorca
desde el nogal
El peso no
quiebra la rama
Y se asombran
vecinos—
Todos saben lo
que los niños aprenden
Por tanteo—el
rojo y el oro son los colores
Más pesados
Y no queda cuerpo
Ni siquiera la
dorada soga de la cuál ha de
Haber pendido
por unos minutos
Antes de
expirar
Solo está el
árbol mecido arrítmicamente
En el blanco
viento y un poso en el distante
Crepúsculo a
donde corrieron los colores
Antes de
marchitar
Y salgamos
todos a mirar la guirnalda
De fuego
disminuir y bajar satisfechos
Que jamás moriremos
Sin título
La noche es tan oscura que me duelen las encías
Retroceda el espíritu
luz retirándose de media luz
a
medias
La oración se desgasta por el uso piedra de boca
Redonda chupada
limpia lisa
Nada más ya que mantra o trabalengua
Un cordón de sonidos apartados de su sentido
Noches como esta empiezan al mediodía y amenazan
Hasta la arquitectura
De los árboles con dos o tres colores indistinguibles
Amenaza con llevarse todo
menos
los espacios que me labran farolas
Entre las palabras hay un golfo
tan
abierto
cual mi mano
vacía
donde van los prende-velas a buscar las limaduras
de esculturas pre-lingüísticas
nuevas viejas
especies ciegas y polvorosas
de
quiensabeques
donde la voz astillada despedaza en puntos de hambre
alrededor de
un espacio
Dame esto. ¿Qué, esto innombrable? ¿Esto que no puede
ser?
¿Que no? ¿Con qué? ¡No puede ser! Esto, ¿dar?
Dar un espacio—un nombre, que, queeee esto
d con unn na ma cushta diggro.
Dame la poesía de aullidos
El
sabor de noche tras los dientes
Bastante
noche todo que podemos cargar
Para
después
Para hacer golfos, idiomas, lugares
(Este
lugar)
que no necesita nombre
siendo ya transformado por la poesía
y que pudiera ser gólgota aunque estos pájaros no
eran indígnenas a aquellas muertes—o san antonio
este lugar de un solo árbol provocando un solo sabor
cuando la mente pesa árbol
cuando la boca abarca áaaaarboolll
El aquí—un espejo roto de la realidad—no construye
foto de lugar—teatro para la luz que se junta a un
punto
y resbala detrás de un árbol desnudo
volviéndolo
negro: coagulación de arroyos
desafiando el peso de la tierra
John Dávila (San Antonio, Texas, 1983), Es estudiante del Doctorado en Inglés por la Universidad de Luisiana en Lafayette, donde está por terminar su tesis doctoral sobre la traducción de la imagen poética.
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