Seres en el tiempo, nos sabemos en
perpetuo proceso de cambio. Contamos con el paso de las horas, los días, meses
y años al fijarnos metas e inventarnos sueños que dependen del futuro. No nos
queda más que aceptarlos cuando la edad acumula su experiencia de ir dejando
atrás un pasado y sus olvidos.
Todo va evolucionando en el proceso
continuo de vivir: en el sucederse de presentes inmediatos—fugaz
conciencia—entrelazados a la memoria de ayer y la imaginación del mañana.
Nada dura. Perdura la ilusión.
Así, la revista Labrapalabra ya no es lo que era. Después de diez años de largas
intermitencias se ha transformado en este blog--proyecto de lo continuo--y bajo
su nueva forma perpetúa la visión original que hace diez años propuso a futuro
una continuidad periódica—el paso a paso inevitable de todo lo que existe—de la
creación literaria y cultural.
Exageraría quien pensara en una
resurrección o en la magia mitológica de un ave fénix que renace de lo apagado.
Baste reconocer la simple, pedestre realidad práctica que ha llevado a
reconocer la conveniencia y necesidad de aceptar el cambio. El tiempo y la
experiencia dictan una transformación.
Sólo queda esperar que los lectores sepan
también adaptarse al cambio.
Y esto quiere decir que si es un blog y no una revista, ¿solo el autor publica en este cuaderno de bitácora? :-)
ResponderBorrarEstimada Eliana:
ResponderBorrarComo si fuera una revista, publicamos aquellos textos e imágenes que nos mandan y creemos sean de interés para los lectores. Por cierto que contamos con tu colaboración. stgo