De tan sincero don Baruj resulta a veces impertinente.
--Nadie es perfecto en este mundo--me dice cuando le hago notar lo que otros ven en él de criticable.
--¿Es que hay otro en el que se puede ser perfecto?--le pregunto en broma.
--Por cierto--me responde inmediatamente--el que cada uno se inventa para sí mismo.
Me río.
Don Baruj me mira y se sonríe irónicamente.
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