“Como las hormigas van y vuelven en largas falanges cargadas con el grano que les ha de servir de alimento, y las abejas vuelan a los bosques y prados olorosos para libar el jugo de las flores y el tomillo, así se precipitan en los espectáculos nuestras mujeres elegantes en tal número, que suelen dejar indecisa la preferencia. Más que a ver las obras representadas, vienen a ser objeto de la pública expectación, y el sitio ofrece mil peligros al pudor inocente” escribe Ovidio en su Arte de amar.
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