6 de mayo de 2020

Para "Insectarium": insectos en Huidobro

Es Altazor, el largo poema, ya centenario, de Vicente Huidobro (1893-1948) un clásico del vanguardismo, y más exactamente del Creacionismo, escuela de su propia creación. Es casi un lugar común recordar de este poema los versos que, a partir de la palabra "golondrina" crean una variedad de sonidos por combinación de las mismas sílabas, técnica que se repite varias veces, con otras palabras, en el poema.

A la abundancia de pájaros en Altazor, poema aéreo, si se quiere, se contrapone la casi ausencia de insectos. Los versos siguientes del Canto IV son ejemplo de cómo para Huidobro importan sólo dos insectos, probablemnte por su belleza visual, por sus funciones de jardineros, por su valor simbólico o sugestivo de virtudes, comparable al de sus aves preferidas: la gaviota y la golondrina.


Y como los colores que caen del cerebro de las
        ( mariposas
Y como la mina de oro de las abejas
Las abejas satélites del nardo como las gaviotas
        del barco
Las abejas que llevan la semilla en su interior 
150
Y van más perfumadas que pañuelos de narices
Aunque no son pájaros
Pues no dejan sus iniciales en el cielo
En la lejanía del cielo besada por los ojos
Y al terminar su viaje vomitan el alma de los
       ( pétalos 
155
Como las gaviotas vomitan el horizonte
Y las golondrinas el verano

No hay comentarios.:

Publicar un comentario