13 de diciembre de 2020

Algo más sobre la lectura



“‘Cuidado con la lectura’, me precavió en alguna ocasión. ‘Si la lectura te pesca, no te soltará nunca más y doblegará tu voluntad. Mírame a mí’”, cuenta José Donoso al hablar de su padre en Conjeturas sobre la memoria de mi tribu.

Apunta esta cita a un aspecto de la lectura que, según se mire, puede verse como un efecto negativo o como una condición admirable.

"No hay mal que por bien no venga" he oído decir a más de un optimista y no dudo que hay más de alguien que equivoque el refrán y diga, convencido de estar en la razón, que no hay bien que por mal no venga.

Se lo podría decir aplicado a la afición y al hábito de la lectura que, cuando responden a una actitud escapista de encierro desganado por temor a los altibajos de la acción en el mundo, son un mal que ha de evitarse.

La abulia y la pereza del temor a la realidad inmediata bien pueden escudarse en la aparente virtud de una lectura temerosa, protectora, fantasiosa, más próxima a un bebedizo engañoso y soporífero que al agua pura, saciadora de la sed vivificante.

Bien hacía el padre del novelista prevenirlo del solapado peligro de los libros.


 


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