17 de febrero de 2022

Desde el púlpito o la tribuna

--¿Díganme—le pregunta el traumaturgo, retóricamente, a su público embobado—si no tengo la razón?

Nadie, por cierto, dice nada.

¿Quién va a disputarle al santón de pico de oro lo que les perora? Pero son muchos—y él lo sabe--los que se muerden la lengua y callan.

Contra esos habla, contra los que callan, porque en su silencio—bien lo sabe—se afianza y crece el peor peligro para su labia y su eventual desprestigio y caída.

De las palabras—las suyas sobre todo--es el reino triunfal de la falsía. 



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