5 de octubre de 2016

Poesía: Alfredo Ávalos

La vida en la clepsidra. 
Alfredo Ávalos

Hay minutos que son el Sahara
en  clepsidra de arena,
y el mundo me parece un barco encallado
bajo  lluvia tibia e indecorosa.

Marineros de azúcar,
moneda en mano,
negocian otredades de piel
con rameras negras como el café.

Y yo, temeroso de la orilla
y sus consecuencias,
soy el bufón de risa rota
que entretiene al  rey de la excusas.

Rosas de salitre crecen en grietas y paredes,
alimentan salamandras poseídas
de ímpetus fatales.

Y siento la soledad de las islas,
el desasosiego de pájaro
que muere sin conocer el sur de las pasiones.

Ya no quedan noches para fecundar,
ni rastros del espía de la madrugada.
Grano a grano escurre
la vida en la clepsidra.


Grano de sal

Si fuera un grano de mostaza,
habría lugar en mi para la esperanza y la guerra,
para el Génesis y el Apocalipsis.

Si fuera un grano de mostaza,
contendría la noche arrodillada y el universo,
el aleph y un sesgo de tu vientre.

Si fuera un grano de mostaza
míos serian los reinos de este y otros mundos;
pero soy grano de sal, y no tengo nada.

XVI
Andaré en cloacas…
en misas negras y orgias de ratas.
Andaré bajo los pasos del mundo,
desde la otra vertiente de las cosas.
Andaré prófugo de ti
 y de tus deseos 
y haré de la vida el reflejo
de tu voz en un charco de mi sangre.

II
Cuerpos como muros de piedra.
A veces me levanto de madrugada
y recargado lloro en  callejones de Jerusalén.

¿Bogar, para qué?

A veces sólo quiero hundirme
como un barco frente al iceberg,
y devolver al mar esta carga de peces podridos.

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Publicado originalment en el número 11 de Labrapalabra, noviembre, 2012
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Miércoles 5 de octubre, 2016

1 comentario:


  1. Quedan grabados tiempos de reflexión que, al detener el paso, graba la mirada retrospectiva.

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