
Tiene la realidad el fulgor como de mil soles que el ojo advierte y admira.
Fotografiar es mirar concentradamente.
Es atrapar la luz a través de la pureza transformadora de un lente.
Entre el follaje del bosque y sus sombras se ilumina la mancha de sol, el detalle que hace de la imagen total un orden: el objeto hecho de luz.
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