Como lo observara el sabio, nihil novum sub sole. La historia se repite, nada parece nuevo ni original.
Así, hablar en estos momentos de pandemia de las pestes que han asolado la población del mundo desde que hay memoria no tiene nada de novedoso. Y recordar cómo en 1665 y 1666 Samuel Pepys anota en su diario sus reacciones a la peste que diezmó en esos días la población de Londres no tiene nada de original: era obvio hacerlo.
Al averiguar un poco más sobre lo que Pepys comenta de la peste en su diario me topo con la siguiente nota, mucho más erudita, completa e informativa de la que yo podría haber escrito. Sin más que unos básicos conocimientos que me llevaron a releer el diario de Pepys, poco es lo que puedo decir más allá de comentar las coincidencias entre lo que el diarista dice y lo que estamos experimentando:
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