2 de julio de 2020

Consecuencias del ocio y de la ambición

Fue la ociosa inactividad de los que no tenían necesidad de trabajar para ganarse la vida lo que llevó a la filosofía.

No habría llegado a Buda Shaquiamuni si no hubiese sido un príncipe aburrido de la demasía.

No habría inventado el ensayo moderno Montaigne si no hubiese sido un terrateniente.

Y no se habrían inventado las teogonías, rituales mágicos y teologías de ofuscantes dogmas sin la ambición de poder y de control sobre los demás de algunos que deseaban--y siguen deseando--para sí toda las riquezas posibles y todo el ocio indigno° y sus desmanes.




° El opuesto, por cierto, del "ocio digno" de los filósofos y de los auténticos individuos espirituales. 

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