21 de marzo de 2021

Breve historia de algo olvidable y una propuesta


El 7 de junio del 2007 escribí la primera entrada de mi primer blog, el que subtitulé, en versión bilingüe, "El artificio de escribir/The Artifice of Writing" porque pensaba dedicarlo a comentarios sobre la afición a escribir, que en mí es más bien una manía y me parece tiene más de artificio que de arte. 

Lo concebí como una publicación bilingüe porque por esas fechas ya había caído en la cuenta de que era a dos voces que se me ocurría escribir, voces que se alternaban caprichosamente y me sugerían la escritura paralela para dos grupos de lectores. 

Con el tiempo tal paralelismo verbal me pareció innecesario ante el poder exclusivista de cada voz distintiva y dejé de publicar entradas en versión bilingüe. Preferí usar el castellano de los que, me pareció,  serían mis lectores.

Tal decisión, que pudo ser incorrecta, significó el que dejara de escribir en inglés. No lo he hecho en tanto tiempo que se me hace ahora difícil volver a hacerlo. Lo que es una lástima porque el descuidar una lengua, o incluso un registro de la propia, se descuida un modo de mirar y entender, un modo de pensar y proponer una visión peculiar y distintiva.

Ser bilingüe es como ser ambidiestro: hábil de varias maneras.

Por lo mismo, tal vez debiera obligarme a darle oportunidad a mis dos voces y escribir en ambas. No me comprometo a hacerlo, pero no por eso dejaré de instar a quienes dominan dos lenguas a usar ambas tanto en su forma oral como en la escrita. 

Aún más, me creo en la obligación de sugerir que quienes sólo tienen una lengua para expresarse y entender lo que otros dicen hagan el esfuerzo de adquirir otra, cualquiera, la que más les atraiga y los deleite.

En cuanto al blog al que me refiero más arriba valga anotar que lo mantuve regularmente varios años, que por un tiempo dejé de atenderlo, y que, de cuando en cuando lo retomo, sin poder decidirme a olvidarlo del todo. A lo mejor vuelva a ocuparme de él en el esfuerzo por volver a usar esa lengua que he descuidado equivocadamente. 

Sirva esta nota, tal vez demasiado personal y egocéntrica, de motivación, espero, para más de alguien que valore las virtudes de las lenguas y la maravilla de contar con ellas. 

Seres somos compuestos de palabras.




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