22 de octubre de 2021

Para "Insectarium": Horror de los insectos en "On the Road"


Hay en On the Road una breve sección en la que Jack Kerouak recuerda su pasada por la selva tropical y el horror de los insectos. Las varias referencias a éstos expresan la ansiedad y el disgusto que el narrador siente frente a una naturaleza para él monstruosa. 

El chirrido de los insectos en la noche le suena a rugido y grito:

“. . . and in the trees as it grew dark we heard the great roar of billions of insects that sounded like one continuous high-screeching cry”. (“. . . y en los árboles, al orcurecer, oímos el enorme rugido de los insectos que sonaba como un continuo chillido.”)


El avance por el camino de la selva se describe en términos alarmantes: 

“And now we shot in inky darkness through the scream of insects, and the great, rank, almost rotten smell . . .” (Entonces nos lanzamos en la oscuridad como de tinta entre el grito de los insectos y el poderoso, fétido, casi pútrido mal olor . . .”). 


El detalle de sacar la cabeza por la ventanilla, que en otro contexto podría expresar una forma de libertad expansiva, sólo sirve para insistir en lo desmesurado del número de insectos: 

“I stuck my head out the window; bugs smashed at my face; a great screech rose the moment I cocked my ear to the wind.” (Saqué la cabeza por la ventanilla; los insectos se estrellaron contra mi cara; se levantó un enorme chirrido cuando volví la oreja al viento.”)


La ausencia de poblaciones aumenta la sensación de estar inmersos en la selva que el creciente chirrido de los insectos pareciera volver aun más intimidante: 

“No towns, nothing, lost jungle, miles and miles, and down-going, getting hotter, the insects screaming louder. . .” (Ningún pueblo, nada, selva perdida, millas y millas, y al descender aumentaba el calor y los insectos chillaban más fuerte. . .”) 


Las consecuencias de tanto insecto las sufren exageradamente: 

“Thousands of mosquitoes had already bitten all of us on chest and arms and ankles.” (Miles de mosquitos no habían picado ya a todos en el pecho y los brazos y los tobillos.”)


Sólo una referencia a los insectos carece del tono amenazante: 

“Soft infinitesimal showers of microscopic bugs fanned down on my face as I slept, and they were extremely pleasant and soothing”. (Infinitésimas suaves lluvias de insectos microscópicos me abanicaban la cara mientras dormía, y eran extemadamente agradables y calmantes.”)


Una más larga descripción insiste en el carácter monstruoso de los insectos de la selva nocturna y el efecto desagradable que tiene sobre los viajeros: 

“We found a gas station and loaded the tank just as the last of the jungle-night bugs hurled themselves in a black mass against the bulbs and fell fluttering at our feet in huge wriggly groups, some of them with wings a good four inches long, others frightful dragonflies big enough to eat a bird, and thousands of immense yang ling mosquitoes and unnamable spidery insects of all sorts. I hopped up and down on the pavement for fear of them; I finally ended up in the car with my feet in my hands, looking fearfully at the ground where they swarmed around our wheels. "Lessgo!" I yelled. Dean and Stan weren't perturbed at all by the bugs; they calmly drank a couple of bottles of Mission Orange and kicked them away from the water cooler. Their shirts and pants, like mine, were soaked in the blood and black of thousands of dead bugs.” (Encontramos una gasolinera y llenamos el tanque justo cuando los útimos insectos nocturnos se lanzaban en una masa negra contra las bombillas y caían aleteando a nuestros pies retorciéndose en enormes grupos,, algunos de ellos con alas de por lo menos cuatro pulgadas de largo, otros espantosas libélulas tan grandes como para poder comerse un pájaro, y miles de enormes zancudos e innombrables insectos como arañas de todo tipo. Yo saltaba en el pavimento del miedo que me producían y acabé finalmente en el auto con los pies en las manos mirando atemorizado el suelo donde se amontonaban alrededor de las ruedas. “Vámonos ya”, grité. A Dean y Stan los insectos no los perturbaban para nada; se bebieron calmadamente un par de botellas de Mission Orange y los espantaron del refigerador. Sus camisas y pantalones, como los mío, los tenían empapados de la sangre y el negro de miles de insectos muertos.”)

 

 

 

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