2 de mayo de 2022

Temor de lo numinoso


Han de poner en guardia a los cautelosos las retóricas de lo numinoso y lo sobrenatural, así como toda propuesta visionaria y trascendente de las artes, en particular de la poesía y sus arrebatos y desbordes espirituales. 


Son las artes producto de la mente humana o, más bien, de todo el organismo y sus maravillosamente complejas funciones que el cerebro controla y coordena. 


Nada esotérico ni sagrado hay en la inspiración artística. 


Nada artístico se crea que no sea producto y consecuencia de las características neurológicas del organismo humano. A ellas se deben--a la experiencia de los sentidos, a las reacciones e impulsos subconscientes y conscientes que éstos generan—todas las artes y su poder admirable. 


El poder admirable el de la obra de arte está en la creación y apreciación de lo estético--la creación de algo bello--, que es una capacidad esencialmente humana--sensorial e intelectual--que algunos confunden erróneamente con fuerzas trascendentes y sobrenaturales, ajenas a la condición humana y superiores a ésta. 

 

Gran parte de la literatura universal--la admirable--invoca esta superioridad de un supuesto espíritu elevado, partícipe de un orbe sobrenatural, divino.

 

Es de ponerse en guardia y rechazar tal visión del poder de las artes, reconociendo, en cambio, el carácter puramente humano de su excelencia.


Lo que necesitamos para reconocerle al arte su auténtica virtud es otro modo de sentir y otro modo de pensar, ajenos a las concepciones mágicas de la creatividad. 


Tanto los artistas como los admiradores del arte deben olvidarse de las musas y de los poderes sobrenaturales y visionarios que se quiere imponer como fundamentales para la producción artística. 


Es la inteligencia, el talento, el manejo de las técnicas y la disciplina de trabajo lo que hace posible la creación de una obra de arte y no ningun númen o demiurgo proveniente de las altas esferas del espíritu trascendente.


Toda expresión de arrebatos inspiracionales y visionarios en arte es fantasiosa farsa: engaño.

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